sábado, 16 de enero de 2010

Yo tambien les voy a contar una historia...

Primero que todo, FELIZ AÑO NUEVO GENTES!
Sé que no hemos escrito hace un buen tiempo ya, pero es que la verdad, más que las supermegaultravacaciones que nos pegamos en Punta Cana, no ha pasado mucho más: de vuelta a clases, con un invierno como se estila en estas latitudes (temperaturas permanentemente bajo cero) que acentúa el cansancio acumulado con el correr del año académico.

De las vacaciones no hay mucho que contar. Solo se puede decir SUPER! Piscina, playa, comida de excelente factura y fabuloso sabor, una que otra piña colada... vacaciones tal y como deben ser.

Y aquí va la historia de la que les hablé.

El 9 de enero se cumplieron 3 años de la tarde esa en que, sentado en el peldaño de la entrada de LAN en Provi con Pedro de Valdivia, puntualmente a las 9 (bendito sea el verano y sus dias extendidos), mientras en mis audifonos retumbaban los Black Crowes, vi acercarse a una chica muy guapa, equipada con un par de auriculares dorados, vestida de polera morada y pantalones oscuros. Tal como lo habiamos acordado durante la semana previa de incesante conversación virtual, nos encontramos en ese lugar para compartir un poco de sangría y llevar a un plano menos impersonal lo que había empezado en lo que hoy se conoce como "la nube" (antes: "la web").
"Hola, por fin!" dice ella, mientras se empina un poco para darme el típico beso en la mejilla de cortesía. "Hola, si poh, por fin!" respondo. Un pequeño silenio incómodo, seguido de un tímido "sangría?".
Debo reconocer que estaba nervioso, por lo que en un principio la conversación era menos fluida que el medio campo de la selección de Juvenal Olmos, pero gracias a un par de tirones de lengua (me refiero a preguntas que no pueden quedar sin respuesta) y al magnífico y refrescante sabor de la ibérica bebida, una cosa llevó a la otra y la jornada terminó con un áspero "disculpen, pero estamos cerrando... les traigo la cuenta..." en plaza ñuñoa, entre carcajadas y peliagudas confesiones de principios.
Y aquí estamos, a 9000 km, riendonos y tirandonos la lengua casi igual que hace tres años.

Besos y abrazos a todos.

c!

jueves, 14 de enero de 2010

...Les voy a contar una linda historia...


El calendario llegó a 9 de enero, y mi estomago al punto más álgido de nerviosismo. Quizás es genético, pero así como mi padre no puede dejar de atacar el baño cada vez que se ve envuelto en una situación estresante, mi sistema digestivo también se siente con la confianza de proclamar sus ideales en las mismas circunstancias.

Por lo mismo, y con toda la intensión de llegar viva y en una pieza a lo ya agendado hace días, decidí que lo mejor sería no comer. Quizás si tomar algo de líquidos, porque ya sabemos todos que deshidratarse no es muy placentero tampoco, pero como uno de mis lemas es "mejor prevenir que curar", mi estomago no vería alimento alguno hasta que sintiera la seguridad para hacerlo.

Horas después me encontraba caminando por Providencia, específicamente bajando por la vereda derecha y llegando a la esquina con Pedro de Valdivia. Probablemente el escuchar música a volúmenes muy altos me impidió tener mis sentidos al 100% en aquel momento, pero a decir verdad, sólo recuerdo el funcionamiento de uno: mis ojos. Claramente recuerdo llegar a la esquina pactada, parar... mirar a la izquiera y revisar en orden cada esquina, hasta que justo en la entrada de LAN, y sentado en un pequeño escalón de cemento, estaba él.

Se puso de pie y me sonrió. Se sacó los audifonos, y yo con los míos aún puestos pude escuchar su elección musical del día. Un beso en la mejilla, un "por fin!" de mi parte y un extraño silencio de la suya. Empezamos a subir por Providencia buscando el lugar ideal... "sangría me dijiste?"... así es. Nos sentamos en la terraza del "De la Hostia" y el pidió un "jarrón" de rojizo jugo con frutas. Al ver que del silencio pasó a las preguntas, le pedí al mozo que me trajera algun picoteo.

"Qué tarde es!".... Sin embargo, espacio quedaba para tomarnos unas chelas.

Así lo hicimos... y aquí estamos ahora.

3 años después, y tomando agua depurada recién sacada del refrigerador...